martes, 12 de enero de 2016

Un brindis por los antiguos libreros

   Ya había escrito antes algo sobre este tema, la desaparición de las librerías locales, pero de nuevo resurge la nostalgia sobre esos templos llenos de emociones, donde la fiel congregación buscábamos nuevas aventuras, vivir la historia y el arte a travez de las letras.  Poco a poco van cerrando sus puertas por dos razones principales. 1. Falta de interés por la lectura y 2. y por consecuencia ya no pueden competir con las grandes tiendas departamentales, tiendas tras nacionales que ponen su moderna sección de libros  de moda como estrategia comercial, sin ningún otro interés, sus empleados desconocen su inventario, para ellos es igual venderte un libro que un par de zapatos, así que no puedes contar con ellos para una guía rápida. 

   Recuerdo con mucho cariño los libreros que en su mayoría eran dueños de sus negocios por puro amor a la literatura. Conocían cada uno de los autores que vendía y cuando saldría a la venta su próximo libro.  Cuando llegaban a conocerme se tomaban la molestia de guardar el libro que quería hasta mi día de paga, sabían recomendarme algún autor que desconocía y gracias a ellos que se definió mi gusto, (aunque mi gusto de adolescente deja mucho que desear).

   Y lo más bello es que adoraban su trabajo...
Un brindis por los antiguos libreros.