lunes, 23 de noviembre de 2015

Mi lectura de Corazón, diario de un niño.

 Edmundo de Amicis. (1846-1908)
Novelista italiano y escritor de libros de viajes. 
Su obra se caracteriza por mezclar romanticismo 
y realismo con el propósito ético de orientar al lector 
hacia un fin moralmente aceptable.
editores mexicano unidos, S.A.

   Generalmente no escribo sobre libros clásicos y antiguos, de hecho creo que éste será el primero, pero vale la pena unas lineas sacadas desde el fondo de mi corazón.  Este libro son de esos que jamás pasan de moda. A mi no me llamaba mucho la atención, llegó a mis manos por ser parte de una colección de por lo menos 100 clásicos que sacaron Editores mexicanos unidos, S.A. Poco a poco me hice de casi todos y como no había forma de decidir en que orden leerlo, se lo dejé al azar y con un papelito que saco sale el titulo y autor que leeré a continuación, este proceso me resulto muy divertido.  
   
   Este libro será el décimo. Es literalmente un diario, no me lo imaginaba así. En él encontré el retrato de una sociedad italiana recién unificada y contado a través de las palabras del pequeño Enrique justo cuando regresa a la escuela al tercer año. La historia se engalana con cartas de sus padres y cuentos mensuales que les da su maestro de escuela con toques heroicos de personas simples donde destaca el alma bondadosa y llena de virtudes del ser humano, Enrique atesora esos cuentos y los anexa a su diario. Es muy importante resaltar que no tiene una trama que se desarrolla y un desenlace al final, sino la suma de pequeñas historias que suceden diariamente sin continuidad alguna de un día a otro.

    El pequeño Enrique es más un simple narrador que protagonista, este adjetivo se lo llevan sus padres, sus maestros y sobre todo sus compañeros, el rico, el fortachón, el pobre, el trabajador, el soberbio y mi favorito Garrone el noble y santo muchacho.

   Sin duda alguna son de esos títulos que no deben faltar en ninguna biblioteca casera, sobre todo donde haya niños o un adulto tratando de no perder a su lado infantil y simple de ver la vida cotidiana.